El intendente de Tunuyán dijo que no va a dejar que le marquen las políticas productivas de su departamento.
"Del futuro de Tunuyán me ocupo yo, junto a los tunuyaninos", advirtió enfático el intendente Martín Aveiro, en respuesta a las declaraciones de su par Rubén Miranda, quien criticó a los caciques del Valle de Uco por mantener una postura antiminera.
Joaquín Rodríguez de Tupungato, por su parte, optó por el silencio y resolverá las diferencias con el lasherino cuando se vean las caras el próximo sábado en la reunión que mantendrán los jefes justicialistas con el gobernador, Francisco Pérez.
Los dichos de Miranda desataron un malestar generalizado en el Valle de Uco. Los agricultores de la zona también mostraron su enojo en una reunión improvisada a raíz del tema ayer en La Consulta. "La sola mención de que se va a reflotar el proyecto San Jorge y que se siga cuestionando el modelo productivo de Mendoza no sólo ofende la inteligencia de los productores sino que para el sector primario ya es una provocación", reza el comunicado enviado por la Sociedad Rural de la zona.
En sus declaraciones, el intendente del Gran Mendoza se quejó por la falta de respeto por las decisiones tomadas en conjunto con el Gobierno provincial. Fue allí cuando reprochó los caminos tomados en los últimos días por los ediles del Valle de Uco respecto al tema de la minería.
"Algunos ponemos la cara pero después en la ventanilla estamos todos para cobrar", dijo el cacique lasherino, proponiendo que los municipios que se oponen a la actividad minera sean excluidos de la distribución de regalías.
"En esto, no hay ángeles ni demonios -había dicho Miranda, parafraseando al tupungatino-, es una cuestión seria. Todos sabemos que faltan fondos para gestionar". Ante este planteo, Aveiro fue determinante: "Tengo un departamento productivo y de sus futuras políticas de producción me ocupo yo".
Además, se defendió: "No soy un fundamentalista en ningún tema, busco un equilibrio". El tunuyanino ratificó su apuesta en defensa de la región donde nacen los ríos del Valle de Uco. Es más, por estos días el municipio organiza una cabalgata hacia la naciente del arroyo Grande para celebrar y promocionar la riqueza paisajística de la nueva reserva Portillo de Piuquenes.
Aunque no quiso dar declaraciones, Rodríguez tampoco tiene en sus planes romper el bloque antiminero que ha formado junto a los caciques del Valle de Uco. Fuentes cercanas al intendente reconocieron que está muy molesto por la intromisión de Miranda en su gestión. Sin embargo, prefirió dar las declaraciones periodísticas pertinentes después de mantener una charla con el lasherino.
Rodríguez, según trascendió, marcará las diferencias que existen entre la comuna lasherina y la suya. La principal es que el municipio de Tupungato es el prestador del servicio del agua potable -no Aysam- que consumen los vecinos del departamento. "No es fácil administrar este recurso. Esta gestión ha invertido cifras millonarias, presupuestos enteros en la producción, el cuidado y el suministro de agua. Por eso, vamos a seguir defendiendo nuestras reservas", comentó un vocero de la intendencia.
Los productores, por su parte, señalaron la rentabilidad negativa que hoy tienen en la mayoría de sus productos y destacaron que su inversión es de 20 mil millones de pesos anuales, "un presupuesto de Mendoza por año". Además dijeron estar preocupados por "la contaminación social que han generado los grupos mineros asociados a sectores políticos".
Joaquín Rodríguez de Tupungato, por su parte, optó por el silencio y resolverá las diferencias con el lasherino cuando se vean las caras el próximo sábado en la reunión que mantendrán los jefes justicialistas con el gobernador, Francisco Pérez.
Los dichos de Miranda desataron un malestar generalizado en el Valle de Uco. Los agricultores de la zona también mostraron su enojo en una reunión improvisada a raíz del tema ayer en La Consulta. "La sola mención de que se va a reflotar el proyecto San Jorge y que se siga cuestionando el modelo productivo de Mendoza no sólo ofende la inteligencia de los productores sino que para el sector primario ya es una provocación", reza el comunicado enviado por la Sociedad Rural de la zona.
En sus declaraciones, el intendente del Gran Mendoza se quejó por la falta de respeto por las decisiones tomadas en conjunto con el Gobierno provincial. Fue allí cuando reprochó los caminos tomados en los últimos días por los ediles del Valle de Uco respecto al tema de la minería.
"Algunos ponemos la cara pero después en la ventanilla estamos todos para cobrar", dijo el cacique lasherino, proponiendo que los municipios que se oponen a la actividad minera sean excluidos de la distribución de regalías.
"En esto, no hay ángeles ni demonios -había dicho Miranda, parafraseando al tupungatino-, es una cuestión seria. Todos sabemos que faltan fondos para gestionar". Ante este planteo, Aveiro fue determinante: "Tengo un departamento productivo y de sus futuras políticas de producción me ocupo yo".
Además, se defendió: "No soy un fundamentalista en ningún tema, busco un equilibrio". El tunuyanino ratificó su apuesta en defensa de la región donde nacen los ríos del Valle de Uco. Es más, por estos días el municipio organiza una cabalgata hacia la naciente del arroyo Grande para celebrar y promocionar la riqueza paisajística de la nueva reserva Portillo de Piuquenes.
Aunque no quiso dar declaraciones, Rodríguez tampoco tiene en sus planes romper el bloque antiminero que ha formado junto a los caciques del Valle de Uco. Fuentes cercanas al intendente reconocieron que está muy molesto por la intromisión de Miranda en su gestión. Sin embargo, prefirió dar las declaraciones periodísticas pertinentes después de mantener una charla con el lasherino.
Rodríguez, según trascendió, marcará las diferencias que existen entre la comuna lasherina y la suya. La principal es que el municipio de Tupungato es el prestador del servicio del agua potable -no Aysam- que consumen los vecinos del departamento. "No es fácil administrar este recurso. Esta gestión ha invertido cifras millonarias, presupuestos enteros en la producción, el cuidado y el suministro de agua. Por eso, vamos a seguir defendiendo nuestras reservas", comentó un vocero de la intendencia.
Los productores, por su parte, señalaron la rentabilidad negativa que hoy tienen en la mayoría de sus productos y destacaron que su inversión es de 20 mil millones de pesos anuales, "un presupuesto de Mendoza por año". Además dijeron estar preocupados por "la contaminación social que han generado los grupos mineros asociados a sectores políticos".
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