CUIDADO MENDOZA: MINA SAN JORGE ESTA SEGURA DE QUE ENTRARÁ EN EXPLOTACION

A UNOS 45 KM DE USPALLATA

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La vuelta del cobre mendocino ocupará mano de obra y servicios calingastinos

Se trata del proyecto San Jorge. Durante los primeros días del próximo mes, la compañía a cargo planea presentar el IIA para que, una vez aprobado, la mina inicie su etapa de producción.

L. VIDELA - DIARIO DE CUYO

A más de 2.600 metros de altura sobre el nivel del mar, a unos 45 kilómetros de la villa mendocina de Uspallata, se encuentra el proyecto San Jorge. Allí, en el paraje conocido como El Yalguaraz, se avecina una explotación cupífera en una propiedad de unas 100.000 hectáreas en plena cordillera de Los Andes, cerca del límite con San Juan. Y aunque el emprendimiento que está en manos de la Minera San Jorge se encuentra en la provincia vecina, la distancia entre Calingasta y Uspallata es de unos 93 kilómetros. Por esa razón y “si bien la zona del departamento sanjuanino no está dentro del área de impacto ambiental del proyecto, ya hemos tenido contacto con parte de la comunidad de Barreal para desarrollar este proyecto. Vamos a tenerlo muy en cuenta en lo que se refiere a la ocupación de mano de obra y provisión de servicios”, aseguró el apoderado legal de Minera San Jorge, Julio Ortiz.

Según confirmó el apoderado legal de la subsidiaria local de Coro Mining, la compañía está a punto de finalizar la elaboración del Informe de Impacto Ambiental (IIA) y “en la primera quincena de septiembre se presentaría ante la autoridad pertinente de Mendoza”. En ese sentido y en base a que la iniciativa aún no se concretó oficialmente, desde la minera aseguraron a CUYO MINERO que prefieren preservar la información técnica detallada del proyecto para darla a conocer una vez presentado el IIA. “Creemos que corresponde que esa prioridad la tenga la comunidad involucrada, especialmente la de Uspallata”, dijo Ortiz. Según la limitada información brindada públicamente, el emprendimiento de cobre generará 4.000 puestos de trabajo en la etapa de construcción y otros 1.900 durante los 16 años de vida útil de la mina. Obviamente, los lugareños de la provincia lindante tendrán prioridad para ocupar esos empleos, pero los calingastinos (que, mientras tanto, están a la espera del proyecto cuprífero Pachón) también participarán de las mencionadas fuentes laborales.

La exploración del yacimiento mendocino data desde la década de 1960 y pasó por manos de cuatro compañías. En ese marco, se produjeron varios intentos de explotación que determinaron la factibilidad del emprendimiento. Pero la ejecución productiva no tuvo éxito ya que durante esa época lo que se buscaba no era precisamente el cobre, sino el tan preciado oro, metal que tuvo valores altos en aquel momento. Pero al caer el precio internacional, el proyecto quedó sin ponerse en marcha. Por eso, si la producción de San Jorge se efectiviza, se convertiría en el primer proyecto cuprífero mendocino después de más de medio siglo.

Un contexto limitado

Desde que se sancionó la ley 7.722 en la provincia de Mendoza, la disposición conocida como ley Cobos que determinó la prohibición del uso del cianuro, ácido sulfúrico, mercurio y otras sustancias tóxicas, el desarrollo de la minería metalífera se tornó limitado. En ese momento, la compañía San Jorge exploraba los terrenos del yacimiento y, de acuerdo a la norma jurídica, la empresa tuvo que replantear tecnológicamente la viabilidad del proyecto para obtener los recursos.

Los resultados de ese trabajo de investigación y de varios estudios de ingeniería y medioambientales determinaron la posibilidad de desarrollar una operación a cielo abierto mediante el proceso de flotación del material enriquecido y los sulfuros con el uso de químicos no contaminantes. Es decir que prescindirá del ácido sulfúrico, según lo dispuesto por la ley vigente. Es que “este yacimiento tiene el beneficio de poder utilizar el proceso de flotación -que es el método más utilizado para la explotación del cobre- para los sulfuros, con lo cual el desarrollo del proyecto queda totalmente afuera de esa restricción específica de dicha ley”, dijo Ortiz.

Igualmente, la compañía no quedó exenta de los obstáculos que marca la norma ya que “los óxidos del proyecto necesariamente se procesan con lixiviación ácida. Por eso, dejar fuera de tratamiento los óxidos significa un costo de 50 millones de dólares”, aseguró el apoderado legal de Minera San Jorge y agregó que “la inconstitucionalidad o no de la ley ha sido planteada ante la Justicia. Nosotros y otras empresas estamos esperando que los tiempos judiciales opinen al respecto”.

En este escenario y ante las posibles polémicas hacia el desarrollo del proyecto por parte de los ambientalistas, la firma subsidiaria de Coro Mining prepara el terreno y trae entre manos un plan comunicacional basado en cuestiones medioambientales en relación con la comunidad y las instituciones afectadas. De todas maneras, las expectativas de la compañía son optimistas. “Hay grandes relaciones humanas tejidas con la comunidad de Uspallata, la cual ha recibido el proyecto con la mejor disposición. Por otro lado, la empresa confía en que cualquier interesado en el medio ambiente podrá trabajar conjuntamente, además de que el Gobierno aplicará la legislación vigente. Eso es suficiente para que la explotación salga adelante”, dijo Ortiz.

Por otro lado, según publicó el diario mendocino Los Andes, la iniciativa ya cuenta con el apoyo del municipio donde se ubica el yacimiento. "Las Heras es la capital de la minería. Decirle no a la minería es decir no a la vida, por eso le damos el OK al proyecto, aunque falta el impacto ambiental. Va a generar muchos puestos de trabajo para el departamento", declaró en ese medio el director de Desarrollo Productivo del municipio, Carlos Corengia.