Se trata del emprendimiento San Jorge, que explotará cobre en un yacimiento a 40 km de la Villa de Uspallata. Las contradicciones se relacionan con el área de explotación, la cantidad de explosivos que se utilizará, el agua requerida y hasta en la cantidad de empleos que se generarían. Preocupación entre los pobladores de la villa cordillerana.
Desde que fue anunciado por el intendente de Las Heras, Rubén Miranda, en agosto pasado el proyecto minero a cielo abierto en Uspallata no dejó de generar polémica. Y es que el emprendimiento de la empresa Coro Minning, en el que se invertirían 300 millones de dólares, ha comenzado a preocupar seriamente a los pobladores de la villa a partir de algunas contradicciones que se plantearon hace dos semanas atrás en un debate entre ambientalistas y ejecutivos de la minera.
Tales contradicciones se basan en la presentación de los datos aportados por Coro Minning en el informe de impacto ambiental y están relacionados con aspectos técnicos como el agua del Arroyo El Tigre que se necesita para la extracción de cobre, el perímetro de la zona en que se llevará a cabo la explotación y la cantidad de explosivos por año. Otros, y que han generado cierta duda en Uspallata, tiene que ver con la generación de empleos, que no serían los prometidos originalmente.
De entrada, en el informe presentado al Gobierno provincial, el proyecto “se llama Planta Concentradora San Jorge, por lo que están minimizando la presencia de una mina”, indicó Marcelo Giraud, de la Asamblea Popular del Agua, que efectuó un estudio preliminar que critica los errores en el informe de 1400 fojas.
“En el proyecto, se explica que el depósito de cola de pasta –adonde iría a parar los residuos- tendrá 8 hectáreas, pero en realidad son 8 km2, es decir, 800 hectáreas”, explicó Giraud, sobre un mapa tomado de Google en donde pueden verse ciertas diferencias entre el informe que se presentó a la prensa y el que se presentó al Gobierno.
Este error en la presentación del informe motiva aún más a las organizaciones ambientalistas a insistir en los estudios sobre una posible contaminación del Río Mendoza. “No lo podemos ni confirmar ni descartar con los estudios que hemos venido realizando hasta la fecha”, manifestó Giraud.
Agua y explosivos
Para los ambientalistas, uno de los bienes más preciados es este recurso que, a la vez, resulta indispensable para el desarrollo de la minería. El proyecto San Jorge extraerá cobre con el método de tajo a cielo abierto, es decir, que se excavará y explotará un hoyo en la superficie que haría desaparecer el cerro homónimo. Para la depuración del material, será necesaria la utilización del agua del Arroyo El Tigre, cercano a la explotación.
“El informe dice que requieren 97 litros de agua fresca por segundo, pero más adelante dicen que necesitan 139 l/s, sumado a que en los estudios preliminares que la minera ha realizado el arroyo tiene un promedio mínimo mensual de 50 l/s, es decir, que no alcanzaría aunque lo secaran por completo”, indicó Giraud.
El arroyo será el principal recurso hídrico para todos los usos –industrial, servicios y consumo humano- y, de acuerdo con lo presentado en el informe de impacto ambiental, no se hará uso de cuencas subterráneas, a menos que una sequía prolongada lo haga necesario. Cabe destacar que, para mantener el equilibrio ecológico del arroyo, la minera no podrá extraer más del 80 por ciento de su caudal normal.
Otro de los aspectos criticados por Giraud es la utilización de explosivos y cuyos datos aparecen de distinta manera a lo largo del informe.
“En un momento, se indica que se van a utilizar más de 6 mil kilos al año, pero después dice que se requieren más de 4 mil toneladas al año”, criticó el ambientalista, que también se desempeña como profesor en la carrera de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras.
Un cambio radical para Uspallata
Entre las principales promesas que se realizaron en el anuncio, figura la creación de 3900 empleos –directos e indirectos-. Sin embargo, las observaciones realizadas por los organismos ambientalistas también precisan sobre este aspecto, uno de los principales caballitos de batalla del emprendimiento.
“Pero esto sería en la etapa de construcción, porque para más adelante en otra parte del informe y esto fue reconocido por la empresa, se expresa que serían 1300 en promedio, en tanto que el personal empleado durante la operación será de 400 personas directamente contratadas por la minera”, indicó Giraud.
Durante los 16 años de extracción, San Jorge emplearía en total 1900 personas promedio, la mayoría de ellos en trabajos tercerizados.
Estas contradicciones saltaron a la vista durante el debate que se realizó hace una semana en el colegio secundario de Uspallata y que comenzaron a preocupar a los lugareños. A la audiciencia pública asistieron funcionarios provinciales y municipales, junto a los ambientalistas y directivos de Coro Minning.
“Ahora estamos muy preocupados por lo que va a significar en la vida del pueblo, se trata de un cambio radical”, señaló Pablo López, el cura de la villa cordillerana, uno de los portavoces de la reacción que están teniendo las críticas realizadas al informe de impacto ambiental presentado por la empresa.
“Y tampoco se habla del impacto social que va a tener el proyecto, porque la vida en torno a una minera genera otras actividades preocupantes, como la prostitución, lo que afectará a una población no muy grande como la nuestra”, señaló el párroco.
No sólo ocupación han prometido tanto los funcionarios comunales como los empresarios. “Nos han prometido que nosotros vamos a participar en el control, pero eso nos parece utópico, porque no tenemos ni las herramientas necesarias para hacerlo”, indicó de manera crítica, y destacó que “sólo en los dos primeros años habrá mayor cantidad de gente empleada, porque luego sólo habría puestos para personal especializado y en la villa no hay gente que sepa colocar explosivos o manejar una grúa”.
La reacción ha sido lenta, pero ya la gente de la villa ha comenzado a reunirse y las dudas ya han sido planteadas al Concejo Deliberante de La Heras, un ámbito de debate donde Uspallata no tiene representantes. “No queremos decir que estamos en contra sino con argumentos de peso para aceptar o no el emprendimiento”, reflejó el padre López.
Y mientras los vecinos comienzan a concientizarse, porque “no queremos escuchar una sola campana”, desde los organismos ambientalistas ya han comenzado a movilizarse en torno a los diferentes proyectos que comenzarán a surgir en un futuro no muy próximo, en medio de una crisis financiera internacional y con la expectativa de que el petróleo, como recurso natural no renovable y por el cual Mendoza recibe regalías de la Nación, comenzará a escasear en pocos años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario